"Si eres neutral en situaciones de injusticia has elegido el lado del opresor"

Desmond Tutu

"Lo preocupante no es la perversidad de los malvados sino la indiferencia de los buenos"

Martin Luther King

¡Viva la libertad! El sol nunca ha iluminado un logro humano más glorioso.

Nelson Mandela

sábado, 21 de enero de 2017

Comencemos hablando de derechos y libertades


La rebeldía es la vida: la sumisión es la muerte

Ricardo Flores Magón


A casi 70 años de la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948, "como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades"; hoy por hoy continuamos presenciando la terrible vulneración de los derechos y libertades de las personas en todos los rincones del orbe.

Conflictos internos y externos en los distintos países cobran víctimas recurrente y sistemáticamente a lo largo y ancho del mundo, con pretexto de razones ideólogicas, raciales, religiosas o simplemente económicas, los seres humanos continuamos siendo el peor depredador de las personas, atropellando la dignidad que a todos nos es inherente.

Los ideales de libertad, igualdad y fraternidad enarbolados por la Revolución Francesa a finales del siglo XVIII siguen siendo el eje fundamental de la búsqueda por justicia en los movimientos libertarios.

En nuestro país atravesamos por una grave crisis de derechos humanos, prevaleciendo la pobreza resultado de una desigual distribución de la riqueza y la apropiación de los recursos por unos cuantos, agravada por condiciones de inseguridad y violencia. Desapariciones forzadas, abuso de autoridad, deficiente prestación de servicios públicos, violación a los derechos sociales, culturales y ambientales, indebida procuración y administración de justicia, entre tantos otros que laceran a la sociedad mexicana; todo ello agravado por prácticas de corrupción, opacidad e ineficiencia en los distintos niveles de gobierno.

El panorama, ante ello, pareciera desalentador; sin embargo, aquí sostenemos que la reconciliación nacional es posible; tenemos la opción de reconstruir el tejido social a partir de modificar la realidad desde una perspectiva de ejercicio y defensa de derechos y salvaguarda de las libertades.

Se trata de comenzar por las reivindicaciones de las personas más oprimidas; las vulnerables. Se trata de enarbolar los derechos de los pueblos y comunidades indígenas; de la mujeres; de los niños, niñas y adolescentes; de las personas con discapacidad intelectual; de las personas migrantes; de los enfermos; de los desposeídos y de las personas en condición de pobreza... se trata de una perspectiva que tenga como ejes transversales la equidad de género, la inclusión y la no discriminación.

Como se reconoce en el Pacto de San José de Costa Rica "los derechos esenciales del hombre no nacen del hecho de ser nacional de determinado Estado, sino que tienen como fundamento los atributos de la persona humana, razón por la cual justifican una protección internacional"

Reafirmemos pues los ideales de libertad, igualdad y fraternidad... Hablemos de Derechos.


Fernando Mendoza Elvira
20 de enero de 2017

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